Hoy toca dulce de nuevo. Y nos vamos a Italia de la mano de esta rica panna cotta, en este caso con dulce de leche.
Cómo su nombre indica, se trata de nata cocida y gracias a la gelatina consigue ese aspecto y textura de flan.
Es un postre muy rápido de hacer y que admite muchas variedades. Con chocolate también queda riquísima.
Yo la he hecho de dos sabores y he jugado a crear capas pero podéis hacerlo de un único sabor si queréis ahorraros el tiempo.
INGREDIENTES:
Para la panna cotta simple:
300 ml de nata para montar
200 ml de leche entera
4 hojas de gelatina
50 gr de azúcar
Para la panna cotta de dulce de leche:
250 ml de nata para montar
150 ml de leche entera
100 gr de dulce de leche
4 hojas de gelatina
ELABORACIÓN:
Tanto para una como para la otra, la elaboración es la misma.
Hidratamos las hojas de gelatina en agua fría 10 minutos.
Ponemos el resto de ingredientes en un cazo y llevamos a ebullición removiendo constantemente para que no se nos pegue al fondo.
Apartamos del fuego.
Escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos al cazo removiendo bien con unas varillas.
Colamos la mezcla y vertemos en nuestros moldes.
Dejamos enfriar y llevamos a la nevera al menos 8 horas.
Para hacer capas de ambas, hay que esperar a que cuaje una capa antes de verter la siguiente.
Lo que yo hice fue hacer una capa, dejarla en la nevera una hora, hacer la otra y verterla con cuidado sobre la anterior. Y ya dejar cuajar toda la noche.
*Si queréis desmoldarlo, untar los moldes con aceite de girasol os ayudará.
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