Me encantan las galletas caseras. Es que el sabor que tienen y el gusto que dar prepararlas uno mismo no tiene precio.
Estas que hoy traigo son de vainilla y chocolate y no tienen huevo por lo que son aptas para los intolerantes al mismo.
Tienen un ligero sabor a las galletas de mantequilla y a caramelizado por el azúcar que se tuesta en el horno.
Quedan crujientes y yo por lo menos no me puedo comer sólo una. Probadlas vosotros y me decís. :)
INGREDIENTES:
200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
400 gr de queso de untar
500 gr de harina de repostería
una pizca de sal
3 cucharadas de extracto de vainilla
2 cucharadas de cacao en polvo
Azúcar para espolvorear
ELABORACIÓN:
Comenzamos batiendo la mantequilla a dados con el queso, la sal y la vainilla.
Separamos en dos boles la mezcla con iguales cantidades.
A un bol le añadimos 250 gr de harina tamizada y amasamos hasta que esté todo integrado.
Al otro le añadimos los otros 250 gr de harina y el cacao y amasamos también. Si vemos que queda muy seca podemos añadirle una cucharada más de extracto de vainilla.
Colocamos cada masa entre dos papeles de cocina y estiramos hasta conseguir un grosor de 2 mm aproximadamente. Intentamos que quede lo más rectangular posible.
Refrigeramos 30 minutos.
Sacamos las masas del frigo y colocamos una sobre la otra. Cortamos los bordes de manera que nos quede un rectángulo.
Espolvoreamos 3 cucharadas de azúcar más o menos y presionamos ligeramente con el rodillo.
Enrollamos la masa a la vez que vamos presionando suavemente.
Espolvoreamos el rulo por azúcar y con un cuchillo afilado cortamos en porciones de 1/2 cm.
Los colocamos sobre una bandeja de horno con papel de hornear y presionamos un poco cada galleta con una cuchara.
Horneamos 20 min a 200ºC y pasado el tiempo dejamos enfriar sobre una rejilla.
¡Espero que os gusten!
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